Un punto. Un punto de partida. Un punto de partida en la posición necesaria para comenzar. Carolina reflexiona sobre el comienzo de la escritura, el juego y el cuerpo en una relación interdisciplinaria. Habla de generar climas de alegría y movimiento. Su análisis desglosa los conceptos para volver a unirlos, asegura que la respuesta física y mental que requiere la escritura está dispuesta a partir del trabajo corporal. Y el juego es un medio trascendental para unir los caminos, trabajando en conjunto por el aprendizaje.
Algunas de sus reflexiones en el VIII Congreso de Educación CADS:
La escritura es un acto psicomotor muy complejo. Desde ese concepto surge el cuestionamiento sobre el aprendizaje mecanizado y tradicional de este saber, y la posibilidad de emplear estrategias novedosas y motivacionales. El abordaje interdisciplinario es el eje que toma Carolina en su recorrido de enseñanza. Las primeras letras, como los primeros pasos y palabras, aparecen en los niños y las niñas cuando se logra estimular esas posibilidades. Por eso la importancia de generar el deseo, con espacios facilitadores y el desafío de proponer el asombro desde el rol docente.
¿Cómo se dispone corporalmente un niño o una niña para realizar la escritura? Las respuestas adecuadas las otorga la educación física: hay que tener una organización tónico-postural, una articulación entre el esquema y la imagen corporal y respetar espacios y ritmos. Esas características se trabajan en ejercicios, los cuales deben buscar las y los profesores para mejorar la disposición de los niños y las niñas ante el aprendizaje de la escritura.
La actividad física y lúdica es una propuesta placentera e ideal para la motricidad de esos niños y niñas que se preparan para construir progresivamente su escritura. Para escribir hay que dominar habilidades distintas y el juego corporal invita a desenvolverse en ambientes diferentes, relacionando conocimientos en tiempo y espacio. El ritmo. Una característica habitualmente mencionada en el juego, en la destreza física. Una característica ineludible a la hora de escribir.
Las coincidencias de términos no son casualidades. El cuerpo, el juego y la escritura comparten el trazo. Los conocimientos adquiridos en el aspecto físico y lúdico llenan la caja de herramientas que se utilizará para construir la escritura. Todo está en movimiento. En estas tres disciplinas y en el intercambio de saberes.