En un contexto referencial como el que atravesamos, la sociedad vive envuelta en el desconcierto y la ansiedad con respecto a sus perspectivas futuras, ya sea en el plano personal como el social, político y económico. En más de una oportunidad, incluso, consideramos que en el cuadro de desorientación general existe como (dis) valor agregado una sensación de ausencia de referentes a los que recurrir en situaciones de crisis, lo que dificulta aún más la proyección a futuro.
Se ha dicho con razón que "...La sociedad demanda a toda institución educativa que forme personas íntegras y buenos ciudadanos, eduque para la vida plena de cada uno y de todos. Pero también que a su vez esta sociedad, compleja y cambiante, presenta una conflictividad múltiple". Y en efecto es así.
La crítica situación por la que atraviesa el mundo, entendiendo "crisis" no sólo en el sentido trágico sino como concepto de "cambio profundo", implica la necesidad de una nueva lectura, una mirada más holística, un análisis profundo, y la capacidad para posicionarse ante las dificultades o de aprovechar las múltiples oportunidades que también se presentan. Algunas serán para superar coyunturas, otras para generar nuevas estructuras. En ambos casos, quienes asumimos responsabilidades educativas debemos hacer un aporte acorde a esos tiempos, sin necesidad de despreciar todo lo anterior pero sí aportando innovaciones que vuelvan el pasado –con el aporte y las señales del presente-, en el trampolín para el futuro. No es un deseo, es una obligación frente a un mundo cada vez más veloz, más intenso y más cambiante.
Se trata de iniciar un camino que nos enriquezca al tiempo que enriquecemos a los jóvenes que a nosotros recurran. Un camino que explique, sostenga, consolide una vocación profesional, una búsqueda de aprendizajes conducentes, una formación integral en saberes, experiencias y capacidad de adaptación a la realidad. Tarea compleja, sin duda, pero gratificante como pocas. No es más que recuperar una imagen que nuestra Educación ganó y tuvo a lo largo de muchos años de esfuerzo. No es necesario desplazarse en la geografía para encontrar ejemplos, basta con trasladarse en el tiempo y observar la calidad educativa que hizo de la Argentina una nación destacada en éste que es uno de los más nobles ámbitos de desarrollo.
Se ha planteado en el ideario de la institución madre (Colegio Atlántico del Sur), siguiendo la línea de Pérez Gómez, que "...La función de la escuela…en su exigencia de provocar la reconstrucción crítica del pensamiento y de la acción, requiere la transformación radical de las prácticas pedagógicas y sociales que ocurren en la clase…y de las funciones /atribuciones del profesor. El principio básico que se deriva de estos objetivos…es facilitar y estimular la participación activa y crítica de los alumnos en las diferentes tareas que se desarrollan…y que constituyen el modo de vivir de la comunidad democrática de aprendizaje".
La coherencia tiene que ser un pilar de toda actividad humana, pero más aún si se quiere en el área educativa, allí donde se forman y construyen los nuevos ciudadanos. En este sentido, forma parte de la esencia de nuestro Proyecto brindar una lectura holística, abarcativa, interdisciplinaria y al mismo tiempo articulada, consciente de la realidad del mundo en que vivimos y en el que la Argentina está inserta. Una realidad en la que podremos ser más o menos activos o pasivos, pero nunca indiferentes.
Un proyecto que haga que en cualquiera de las ofertas académicas del Instituto Superior, los alumnos conozcan y sepan complementar variables de modo que su resultante les permita dar, y darse respuestas a sí mismos. Que puedan elaborar una lectura que vaya de lo simple a lo complejo a lo largo del tiempo, pero que no deje flancos desguarnecidos y que al mismo tiempo sea lo suficientemente dinámica como para incorporar los cambios que cada vez se suceden con mayor ritmo.
Ya decía Martínez Bonafé que "...La autonomía profesional tiene también una dimensión ideológica-emancipatoria. Sin una mentalidad profesional colectiva dirigida a la toma de conciencia sobre la responsabilidad de presencia-o ausencia- del profesorado en la toma de decisiones políticas en el ámbito prescriptivo del curriculum, la intervención técnico-pedagógica puede perder en su ejercicio práctico mucha de la autonomía que le asigna el discurso institucional".
En este sentido entonces, como fundamentos cuasi filosóficos del Proyecto apuntamos a que el conocimiento sea conceptual e ideológicamente abierto, de modo de "educar" en el sentido lato del término (que implica brindar herramientas para que sea el "otro" quien "piense" y concluya), y que no se confunda con el "inducir" (que significa dar el conocimiento elaborado, al que nada hay que aportar). Ambos términos, si bien tienen la misma raíz lingüística indoeuropea (duk: saber), marcan dos caminos muy diferentes en la relación docente-alumno. Tan diferentes como lo es respetar o no al otro.
Del mismo modo, y al hablar de "ideológicamente abierto", estamos haciendo referencia a un estilo acorde con la dinámica de los tiempos en el sentido técnico (no necesariamente político) del concepto, es decir, el referido a evitar todo dogmatismo. Claro es para todos que muchas certezas han desaparecido, que muchas circunstancias consideradas "irreversibles" terminaron revirtiendo; y también resulta claro que son el espíritu dinámico y el conocimiento sólido los mejores agentes para enfrentar los cambios, en tanto los dogmas suelen llevar casi irremisiblemente al fracaso. Fracaso que no queremos para nosotros, y que no podemos permitirnos para el futuro en un mundo que ya no nos será propio pero sí de nuestra descendencia.
Admitimos todos que el mundo ha cambiado, que la realidad se choca con las teorías y los supuestos, y que la emergencia de situaciones nuevas, problemáticas y complejas, requieren soluciones que estén a nivel de esa exigencia y no la repetición incansable e inconducente de respuestas que quedaron devoradas por el tiempo y, muchas veces, por el fracaso.
Esto alcanza todas las áreas del conocimiento, desde las ciencias sociales hasta las experimentales, las abstractas y las concretas, aplicables a la realidad cotidiana de quien egrese de cualquier institución educativa. Es objetivo fundamental del Instituto Superior "Atlántico Sur" preparar jóvenes aptos para desempeñarse laboralmente en las áreas específicas que hayan elegido, contando con ese plus indispensable del conocimiento de las nuevas oportunidades de aplicación del saber, con espíritu innovador y proactivo, maximizando los recursos, y con una sólida base de conocimientos para la continuidad de sus estudios ya sea Universitarios o cursos de posgrado.
El alumno deberá sentir y vivir a lo largo de su carrera que no sólo está interactuando con la realidad que lo envuelve, sino que además se le están brindando herramientas de utilidad práctica y no meras abstracciones teóricas disociadas del ámbito laboral.
Por otra parte, la revolución desatada en las comunicaciones permite acceder muy fácilmente a los recursos informativos, lo que a su vez no se restringe al aula, sino que se extiende al hogar del docente y del alumno, transformándose en un multiplicador de experiencias de observación y análisis de la realidad. Más bien temprano que tarde, esto se traduce en un crecimiento y maduración de la sociedad en su conjunto. En este sentido, es preciso manejarse a partir una perspectiva amplia del conjunto, y de más de una forma de aproximación al mismo sin perder coherencia conceptual.
El programa debe atender una realidad amplia, permitiendo acceder (a alumnos y docentes) a la complejidad del todo, que es mucho más que la suma de sus partes. En todos los casos se puede lograr la formación crítica como ciudadanos, la aproximación responsable a los procesos en los que se es parte, la necesidad de replantearse la jerarquía axiológica, la toma de conciencia social, histórica, política, económica y ambiental, particularizadas en la Región geográfica y cultural en la que Argentina está inserta. Esto nos define, entonces, el "por qué" de las temáticas elegidas.
Considerando el "cómo", se tendrá en cuenta la diversidad de estrategias de intervención; la multiplicidad de diseños tácticos (análisis de conjunto, estudio de casos, metodología comparada, etc.); y el uso de diferentes tipos de fuentes de información (bibliográfica, medios de comunicación, internet, videos, estudios de campo, intercambios institucionales, pasantías, etc.).
Eludir los compartimentos estancos, aceptar la multi causalidad como respuesta casi ineludible para cada situación dada y futura, incentivar la imaginación aplicando las diversas disciplinas a los temas aportados, el acercamiento a culturas, sociedades, modelos y religiones diferentes, todo permite desarrollar habilidades cognitivas e interpretativas para el mundo de hoy, con capacidad para afrontar tanto sus problemas como sus oportunidades.
No se excluirán valores y perfiles culturales en la enseñanza, factor que suele ser desatendido con frecuencia lo que trae aparejado distinto tipo de problemas. Pero entendemos "Cultura" no interpretada desde el refinamiento o la erudición, sino como resultado de la interacción de los hombres entre sí y con el medio; como herencia social de los pueblos; como proyecto compartido de los hombres y las naciones. En este sentido, la integración cultural y educativa está en la base misma de todo proceso de integración económica y política, precisamente porque ni una ni otra podrán desarrollarse el forma plena si no hay una sociedad que la sustente en la convicción filosófica del trabajo y el proyecto en común.
No se trata de vaciar de contenido lo propio ni pretender hacerlo con lo ajeno, sino de superar la dicotomía unidad-diversidad a través de la síntesis, de la aceptación de las diferencias, de la comunicación de realidades, de la generación de una conciencia común histórico-cultural, respetando al mismo tiempo las diversidades. Uno a partir de varios diferentes, como fórmula y objeto. Diferentes solistas e instrumentos, que hacen posible brillo de la sinfonía.
En última instancia, un proyecto económico sin base cultural, disminuye el horizonte de la identidad y de las lealtades. Pero también, al revés, un proyecto culturalista que dejara de lado la economía terminaría resultando ilusorio y llamado a fracasar en los tiempos que vivimos. Se trata de superar los reduccionismos, porque ignoran y ocultan aspectos esenciales de la realidad.
Queremos que los jóvenes estudiantes crezcan con nosotros, y queremos nosotros crecer con ellos. Porque si lo logramos en la dimensión que lo pretendemos, toda la sociedad será beneficiaria de nuevas generaciones que se habrán formado al nivel académico, ético y humano que toda ella está anhelando. Por eso decimos que "Saber" es más –mucho más- que acumular conocimientos.
De resultas de todo lo expresado surgen claramente, y a modo de síntesis, los objetivos centrales del Proyecto:
A nosotros nos quedará el enorme gozo interior de saber que hemos hecho todo lo posible.
La realidad indiscutible de un mundo en constante cambio, nos presenta nuevos escenarios. De ellos se generan múltiples problemas, pero que a su vez, representan nuevas oportunidades. Así es, que nuestra intención es poner a disposición de la comunidad una masa crítica de conocimientos en profesionales con capacidad académica y convicción social, destinados al mejoramiento de la calidad de vida del conjunto.
Convencidos de la necesidad de colaborar con quienes experimentan dudas respecto de su vocación, muchas veces limitándose a opciones tradicionales, consideramos que nuestra misión consistirá en desarrollar áreas de capacitación técnica novedosas y vinculadas a la nueva realidad científica y productiva.
Queremos brindarle a los jóvenes los incentivos que ayuden a sostener y amar su profesión, siendo esto la garantía para el logro de su propio perfeccionamiento y actualización académica y, además, un aporte que entendemos significativo para el futuro de nuestra Nación.