Quienes se suman al desafío de ser secretarios o secretarias en una institución educativa saben que el proceso comienza con intervenciones basadas en un fuerte compromiso hacia los objetivos del proyecto institucional, del cual son parte y que sostienen desde las acciones de la secretaría, generando información, comunicando y analizando aspectos a mejorar.
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El secretario es la primera persona que hace contacto en una escuela. Su manera de comunicarse, de interactuar y de ofrecer lo que la comunidad requiere muestra la cultura institucional y la capacidad de la organización para dar respuesta a los múltiples requerimientos que cada día se presentan.
Las habilidades y capacidades con que cuenta, definen la posibilidad de intervenir con los emergentes sin descuidar lo planificado y permanente, es decir, la responsabilidad de generar información de impacto en las decisiones pedagógicas de los diferentes equipos.
La flexibilidad, capacidad organizativa y de delegación, la disponibilidad emocional, el conocimiento de la normativa y su aplicación a los casos que suceden en la escuela, aportará al crecimiento de los equipos y al desarrollo de los lineamientos educativos que establece la provincia.
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Lo anterior se traduce en la importancia del secretario como integrante del equipo de conducción. Porque genera las condiciones para que los proyectos de la institución se concreten, tanto en relación con la mejora de las prácticas de enseñanza, los resultados de aprendizaje y el vínculo con las familias y otras instituciones de la comunidad.
El secretario de escuela debe comprometerse, ser un pilar que apoye a los distintos equipos escolares en el vínculo con las infancias y juventudes que habitan la escuela. El objetivo siempre es que los aprendizajes mejoren y respeten cada necesidad en sus respectivas trayectorias.
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Las acciones tienen que aportar a la construcción de estilos de gestión y organización, y brindar la posibilidad de repensar la institución y colaborar en conducirla desde el paradigma del aprendizaje institucional. Esto significa reconocer y corregir los errores para modificar los procesos, pero también flexibilizar a la institución, facilitando el aprendizaje de nuevos procedimientos y nuevas respuestas frente a los nuevos desafíos.
Los siguientes son 5 tips que propone la licenciada Miriam Memmo para pensar el ABC del secretario desde una mirada pedagógica y administrativa de la gestión:
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1- Organizar una agenda compartida que le permita optimizar los tiempos y el espacio. 2- Conocer y difundir la normativa vigente, utilizándola también como asesoramiento. 3- Establecer una comunicación permanente, abierta, democrática, centrada en la circulación y habilitación de la palabra. 4- Armar un portafolio con toda la información necesaria para brindar a las y los directivos cuando así lo requieran. 5- Actualizar y dinamizar los estados administrativos para que sea favorecedores de la toma de decisiones. |
