La información es la clave. Hay preguntas y respuestas necesarias, en especial para el Nivel Inicial, donde el abordaje y la pedagogía con temas complejos son fundamentales. La Educación Sexual Integral (ESI) propone mejorar las relaciones. Y que las relaciones mejoren a las personas y al mundo. Por eso las y los educadores deben incorporar conocimientos y adaptarlos al contexto de aplicación.
En el VIII Congreso de Educación CADS, la Lic. en Historia Lilia Vazquez Lorda, en diálogo con la Lic. Florencia González Mantero, realizó un recorrido por los modelos dominantes, el marco normativo de la ESI, sus lineamientos curriculares y el análisis de estereotipos. Todo surgió a partir de un cuestionamiento inicial: ¿Qué es la Educación Sexual Integral?
Dos modelos de enseñanza dominaron el marco teórico de la educación sexual y se complementaron. La clase de biología o de ciencias naturales proponía una educación dada por un médico, con la genitalidad de la relación. En esa línea se vinculaba el discurso “moralizante”, una mirada religiosa sobre prácticas habilitadas, moralmente correctas (heterosexuales con fines reproductivos) y los castigos por no acatar el proceso (autodenominado) ético. La ESI entiende a la sexualidad humana como algo que articula diferentes elementos: lo biológico y corporal, lo psicológico, afectivo, social, emocional y cultural. El abordaje sobre la persona es integral, no se puede eludir ninguna característica. La idea del vínculo gira alrededor de la felicidad y del placer.
Los niños y las niñas son sujetos de derecho y su voz tiene que ser habilitada para poder dar respuestas. El Programa Nacional de Educación Social considera, además del acceso a medicamentos y tratamientos, que las y los niños tengan hábitos saludables, información garantizada y la iniciativa para que sus decisiones sean conscientes. Los niños y las niñas son sujetos de derecho: el acceso a la información tiene que estar garantizado para poder preguntar.
La perspectiva de género es fundamental en el análisis y desarrollo de los contenidos, permite entender la realidad social de forma compleja, con espacios de relaciones de poder y desigualdades. Los lineamientos curriculares marcan la necesidad de capacitarse como docente, para poder contestar las inquietudes de acuerdo a la edad.
La didáctica en el Nivel Inicial tiene el problema general de la ESI y su inclusión en el Diseño Curricular. Está separada de la estructura global como un contenido de carácter social aparte. Los y las maestras de jardín son docentes multidisciplinarios y saben intervenir con sus propuestas en conocimientos que reúnen distintas áreas. La transversalidad es recomendada para el Nivel Inicial, tanto como pensar en el abordaje de diferentes temáticas en una misma clase.
Afectividad, respeto por el otro y la otra, límites. El acompañamiento del desarrollo progresivo de la autonomía individual se genera desde un trabajo colectivo. Trabajar un espacio determinado no excluye el abordaje transversal que requiere la educación sexual. Saber decir que no, entender un no. También existen casos de intervención puntual, pero el eje de la enseñanza debe ser la Educación Sexual Integral.
