La enseñanza debe ser democrática para que todos y todas puedan apropiarse de los saberes. Así suenan, textuales, las palabras de Diego Cavalli, licenciado en Ciencias de la educación (UBA) y referente a nivel nacional por sus reflexiones y conocimientos en Educación física. En una charla que brindó en el canal Comunidad CADS analizó las relaciones que se exponen en clases entre el o la profesora y el alumnado. El objetivo principal, siempre, deber ser enfocarse en los ideales de derecho.
Según explicó, en una clase entra en juego el gobierno, el Estado y la sociedad civil. Dentro de ese esquema, el mercado es donde circulan y hay transacciones de bienes de la cultura física. Los bienes son los saberes: deportes, juegos y vida en la naturaleza, pertenecientes a la educación física en particular. El profesor o la profesora debe garantizar la distribución igualitaria de las oportunidades educativas utilizando métodos eficientes en la práctica.
Hay que proponer reglas claras –dice– para democratizar, intentar desactivar la competencia, los sistemas de eliminación, la violencia física y la exposición desmedida. La diversidad no puede resultar un condicionante para lograr la igualdad de posicionamiento. Es fundamental el diálogo para resolver conflictos, evitar insultos e intercambiar los liderazgos para que no recaigan siempre en los mismos.
En este sentido, Cavalli señala un punto clave: la igualdad de oportunidades no termina en la posibilidad de que todos y todas accedan a la educación física. Hay que aplicar una función compensatoria, observar a quienes tienen otros estímulos fuera de la escuela y trabajar con quienes, a priori, están relegados o relegadas en la clase.
El contexto social de cada individuo es diferente, pero entender la diversidad es el punto a atender para que se relacionen de la mejor manera quienes están en desventaja. La figura del docente debe encargarse de regular esos vínculos, con el manejo del capital cultural que circula en las clases. Distribuir equitativamente los conocimientos es el objetivo del profesor o la profesora para que la clase sea justa.
