Es un deporte que nace a la inversa. El entrenador Javier Pipo Gelves, a cargo de la certificación virtual Del running al triatlón, explica que en la mayoría de las disciplinas se comienza de pequeño, pero en triatlón los y las deportistas vienen de otras actividades, particularmente del running. Él, por ejemplo, jugaba al fútbol. Después empezó a correr y a competir. Después exploró el triatlón. Y dentro del mundo triatleta pasó por cada nivel de competencia hasta ser uno de los referentes argentinos en el Ironman, el acontecimiento más importante de la disciplina.
Pipo analiza dos clases de atletas que comienzan a hacer triatlón: quienes lo utilizan de entrenamiento recreativo, con una carga promedio de seis horas semanales. O aquellos y aquellas que compiten con experiencias previas en running, lo cual les garantiza el manejo de intensidades y otras cualidades que se transfieren a las carreras multidisciplinarias. En una charla que desarrolló en el canal Comunidad CADS, compartió una guía inicial para quienes buscan prepararse en el triatlón.
El cuco es el agua. Así se refiere Pipo a la natación, según pudo comprobar con las vivencias de las personas que lo eligen como entrenador. En aguas abiertas suelen desarrollarse las competencias de triatlón y es un desafío que requiere de tiempo para prepararse. Con el running afianzado entre los conocimientos deportivos, las y los corredores dosifican sus cargas a la hora de entrenar como triatletas. Dos días de cada disciplina (natación, ciclismo y pedestrismo) es el plan habitual para cada semana. Siempre en manos de un especialista, las técnicas adecuadas para cada deporte se ajustan al contexto multidisciplinario del triatlón.
La popularidad del Ironman de Hawai, también organizado en diferentes latitudes, fue un boom para el triatlón en la década del 80. Mar del Plata recibió el evento en los últimos años. Pero a la hora de pensar como participante, no hay que confundirse. Es la prueba más exigente del triatlón y para llegar hay que hacer un camino. El triatlón olímpico se lleva a cabo en el ámbito internacional con las distancias máximas que cada disciplina tiene en los Juegos. Y tiene su versión short, con la mitad de ese recorrido. Para ser un Ironman hay que dedicar tiempo, planificación y realizar un entrenamiento sostenido por un profesional.
Suele ocurrir que por las bajas temperaturas se trabaje periódicamente en los centros de natación. Esto beneficia a la disciplina habitualmente menos trabajada, entre las habilidades de un triatleta que llega del running. Además, el clima conspira con las prácticas en bicicleta al aire libre. El fortalecimiento de los mecanismos en casa, una experiencia que recordará a la cuarentena, puede realizarse con ejercicios específicos utilizando rodillos o movimientos de spinning.
En la elite se practica hasta el mínimo detalle. Respetar el reglamento es otro punto de concentración para atender, lo cual requiere de una planificación la noche previa de la carrera. Cómo sacarse el traje y las antiparras después del agua rumbo al traslado en bici. Cuando termina el ciclismo y no sentís las piernas –dice Pipo sonriendo– qué hay que hacer para trasladar la fuerza al piso y ejecutar la técnica requerida por el pedestrismo, es fundamental. Hay cuestiones físicas, pero también psicológicas que afectan, para bien o para mal, el rendimiento en una carrera prolongada. En las transiciones que unen los traspasos de natación a ciclismo y de ciclismo a pedestrismo, está la “cuarta disciplina” del triatlón.
Pipo dice que hay claves en cada detalle: una pedaleada con menos carga para llegar con resto a la corrida, las técnicas adecuadas en cada segmento y el dominio mental para convivir con la fatiga. Hay que nadar como un triatleta, no como un nadador. Pedalear como un triatleta, no como un ciclista. Correr como un triatleta, no como un maratonista. Estrategias y secretos de un deporte moderno en constante movimiento.