Sólo si concebimos al deporte como un fenómeno social, cuya complejidad no permite dar definiciones unívocas, universales, ni suficientes, es posible entender las controversias y debates que giran en torno de esta emblemática práctica de la cultura física y su enseñanza. Por eso, el proceso de Iniciación Deportiva es el verdadero desafío a nuestra capacidad profesional.
Es un reto a nuestra habilidad para diseñar propuestas de enseñanza y de aprendizaje del deporte que admitan una perspectiva plural, amplia, generosa. Nunca absoluta ni dogmática. Propuestas, por cierto, que resulten permeables a los cambios y a las transformaciones constantes de la vida social y política de los sujetos, pero que no renuncien a inscribir al deporte como un derecho humano, como un bien cultural de y para todas y todos.
La visión que se propone supone una mirada integral de la enseñanza del deporte. Una perspectiva que resulta ampliamente superadora de la concepción que formula la mera adquisición de habilidades, conceptos tácticos y estratégicos que promuevan el desarrollo de la competencia motriz de los chicos y las chicas que llegan a nuestra clase.
Nos preocupa y ocupa, por tanto, que nuestros espacios de formación resulten seguros y garanticen a la vez posibilidades genuinas de aprendizaje para quienes participan. Básicamente, a partir de la democratización del flujo, de la circulación y de la apropiación de saberes que se ponen en juego en estos espacios.
El objetivo es formar deportistas inteligentes, autónomos en la toma de decisiones, partícipes de la construcción de sus logros, capaces de poner en juego sus capacidades y de asumir los riesgos de aprender, así como de equivocarse y disfrutar el desafío de mejorar en lo personal y en conjunto.
Para eso hay que impulsar el aprendizaje por y para la comprensión. También revalorizar el juego como una herramienta que permita promover el disfrute, el placer y el deseo de compartir y reincidir en una experiencia saludable, vital y enriquecedora por encima de cualquier resultado.
Hay que superar los posicionamientos radicales. No hay recetas. Sí hay diferentes propuestas, enfoques y modalidades de enseñanza que rodean a la Iniciación Deportiva para que lleguemos a buen puerto. Este diálogo permanente de posibilidades, esta elección, esta intencionalidad, es, en definitiva, la que va a ofrecer verdadera y legítima calidad a nuestras propuestas.
por Prof. Diego Cavalli y Prof. Héctor Colombo
