Surgieron preguntas. La inclusión, la competencia, los contenidos y las dificultades. Desde ahí, docentes de diferentes Institutos de Educación Física de Mar del Plata intercambiaron conceptos sobre los primeros pasos de chicos y chicas en la práctica deportiva. Bajo la moderación de Adrián Malaguti, analizaron el escenario amplio y diverso que propone hoy una clase. Estos son algunos puntos de vista de la charla que mantuvieron.
Para Juan Tumminello (Instituto Superior CADS), el fin es lograr que los chicos y las chicas adquieran hábitos deportivos perdurables. El colegio, los clubes y las colonias son los campos donde más se trabaja en este sentido.
Para Rocío Barrera (ISFD Nº84), la iniciación deportiva tiene una educación integral del sujeto en su desarrollo cognitivo, la toma de decisiones, socialización y la personalidad con sus valores.
Para Nicolás Pérez (Instituto Pinos de Anchorena), se define como iniciación deportiva a un proceso que desarrolla lo afectivo, la motivación intrínseca de las personas que se relacionan y su contacto con los demás.
Según Gonzalo Dematteis (ISEPFCAQ) los contenidos se basan en el entendimiento del concepto de iniciación deportiva. Se trata de aplicar constantemente la teoría con la práctica, con los alumnos y las alumnas viviéndolo como profesores.
Para Jorge Diez (ISFD Nº84) hay que buscar el trabajo en la conceptualización, desde el comienzo, y después derivar a las corrientes tradicionales y alternativas con sus modelos.
Pablo Genga explicó que en el primer año del Instituto Superior CADS, los y las estudiantes aprenden sobre qué enseñar en iniciación deportiva. También analizan los modelos y en qué contextos pueden ser productivos o no. En el segundo año de la carrera, hay dos horas por semana de iniciación deportiva. Y en tercero, la materia apunta a la aplicación práctica en el campo de acción.
Nicolás Pérez observa que existen dificultades de los y las estudiantes al momento de corregir en la iniciación en los deportes. Además, suelen ir a lo seguro en sus enseñanzas, hasta en el espacio a utilizar dentro del gimnasio.
Gastón Larroquet (CADS) los y las docentes en formación se enfocan en llevar adelante la clase con la propuesta funcionando. Justamente en el segundo paso es donde observa la dificultad, en pensar y repensar el modelo adecuado para ejecutar en una clase determinada.
Jorge Diez, en la misma línea, apunta que la dificultad es afrontar, en el campo de la práctica, la experiencia de proponer la clase por primera vez frente a un grupo.
Para Gonzalo Dematteis, el momento de dividir los grupos o el comienzo de un juego marcan la clase desde el punto de vista del profesor o la profesora. Desde el primero instante hay que trabajar la inclusión y, sobre todo, la equidad de la clase.
Según Pablo Genga, el objetivo de la iniciación deportiva puede ser detectar precozmente a los habilidosos o masificar la práctica de deportes. Pensando en el segundo caso, que considera más importante que el primero, hay que darle más al que más necesita en la clase. Esa la equidad en la que se debe trabajar: el lugar de la igualdad como punto de partida.
Rocío Barrera señala que la competencia se tiene que dar y que la clave es tomarla como parte del proceso formativo. No es un fin, sino un medio educativo.
Juan Tumminello hace hincapié en que la meta como formadores de la etapa de iniciación deportiva es que todos y todas continúen en la práctica, a pesar de la competencia que pueda surgir. La clave está en desarrollar, más allá de sus fases sensibles, a todos y todas para que participen en clase, para que aprendan y crezcan.
Por último, Gonzalo Dematteis subraya que la competencia tiene que estar en el proceso. El conflicto emerge cuando no se la puede controlar.
