Un Ironman comprende una preparación total. Aquella persona que decide hacerlo debe saber que no solo va a necesitar mucho tiempo (se estiman entrenamientos diarios de tres, cuatro y hasta seis horas), también estará expuesta a un desgaste físico que, en caso de no hacerse con los cuidados de descanso y nutrición necesarios, puede rozar lo insalubre. Los corredores promedio registran marcas de entre diez y catorce horas para finalizar el Ironman. Para dar con esos números, el entrenador Javier “Pipo” Gelves, a cargo de la certificación virtual Del running al triatlón, explica que se tiene que pensar en una preparación de aproximadamente cuatro años.
Aprender a amalgamar las tres disciplinas (running, bicicleta, nado) y saber dosificar las cargas son partes fundamentales del proceso.
El 90% de los corredores mundiales de Ironman son amateurs. Por esta razón, Gelves define a la práctica con una cita: “Son personas comunes haciendo algo extraordinario”. Estamos hablando de trabajadores, estudiantes, personas que no tienen mucho bagaje deportivo en alguna o en todas las disciplinas que se irán a practicar. Algunos, comenta el entrenador, quizás eran nadadores y se acercaron al triatlón desde ese lado. Sin embargo, hoy, el caso más recurrente es el del corredor que se vuelca al triatlón, el que encuentra en la larga distancia un placer superador.
La cabeza la tenés que tener preparada para el entrenamiento más que para correr el Ironman, dice “Pipo”. Un entrenamiento especifico de un Ironman se trata de pedalear alrededor de cinco horas, 130 kilómetros y luego bajarse para hacer otros 18 kilómetros pero ahora corriendo. Los fines de semana, momento en el que se suele tener mayor disponibilidad, se dan entrenamientos que pueden alcanzar las siete horas. Y en esos días es cuando entra en juego la cabeza, comenta Gelves, cuando decimos “por qué no estoy en casa con mi familia tomando un café”, ahí es cuando tenemos que vencer eso. Porque correr un Ironman, según el entrenador, no es complejo: lo complejo es entrenarlo. Perder fines de semana enteros, estar totalmente abocado a un objetivo. Pero bien, esa es una de las caras de esta experiencia, ya que una vez que lo terminás es una satisfacción grandísima. “Yo hacía otros deportes, pero cuando agarré esto no lo solté más”.
El clima en Mar del Plata reviste una complejidad que en otros lados no existe. Como es el caso de Brasil, que presenta un circuito mucho más amigable gracias al clima y a la temperatura y condiciones del mar, lo que te permite planear previamente a sabiendas de que es muy probable no sufrir contratiempos. Muy distinto es, entonces, hacer un Ironman en Mar del Plata, en donde de una hora a otra se pasa de tormenta a sol, y de sol a tormenta. Estamos expuestos a eso, dice Gelves, salís un día con sol y volvés todo mojado. Y sigue: “Acá, la diferencia térmica entre el agua y el ambiente siempre fue muy larga, y eso hace que se acorte el circuito. Puede llegar a pasar eso: viene una sudestada y se nada menos”. La organización Ironman tiene una nomenclatura que según la temperatura ambiente y la del agua se nada una determinada distancia. En eso, no cabe ningún tipo de discusión. La primera edición fue la única en la que se nadaron los 3.800 metros estipulados como medida inicial. En las demás, se tuvo que acortar el circuito.
Se puede cambiar, indica Pipo: siempre se tiene una estrategia de carrera previa, pero llegado el momento de salida puede cambiar. Lo mejor que puede hacer, aclara en ese sentido, es desgastarte lo menos posible en la bici para hacer un buen maratón. “Tiene que ver con el temperamento, tenés que tener mucha paciencia”, comenta. Es muy normal que un atleta se desespere y vaya en busca de una carrera que no era la que pensaba solo por el hecho de que está siendo superado por muchos. Sin embargo, lo que suele suceder es que, quizás, los que te pasaron en una primera instancia después empiezan a caer. Dice Gelves: “Encima, cuando el clima está tan hostil, uno quiere terminar pronto, y es lo peor que te puede pasar, porque te fatigás más”. Está claro que, en la medida en que uno busca un poco más, se arriesga a la vez un poco más, pero según el entrenador especialista en estas disciplinas hay que correr con madurez, ya que la carrera sola te ubica en tu lugar. Para concluir, a quien esté por enfrentar su primer Ironman, Gelves sugiere que respete mucho el lugar en el que sale y que nunca deje de pensar en la nutrición e hidratación.
Certificación virtual: Del running al triatlón
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