BLOG CADS

¿Por qué bailamos?

Bailar, al igual que otros ejercicios físicos, ayuda a perder peso y mejorar la capacidad pulmonar. Pero hay más: mover el cuerpo al ritmo de la música produce endorfinas, lo cual nos hace sentir felices.

24 / 02 / 2023

Se baila desde antes de dominar un idioma. Es una práctica que acompaña a la humanidad desde tiempos prehistóricos, un lenguaje corporal que comunica y ubica el cuerpo en un rol de acción plena. La medicina –siempre científica y atenta a la necesidad de moverse– explica que bailar regularmente ayuda a perder peso, aumenta el ritmo cardíaco y mejora la capacidad pulmonar. Con una sesión de baile de al menos 45 minutos el cuerpo realiza un ejercicio aeróbico completo.

En una clase de baile, el objetivo suele ser la búsqueda de mantener un ritmo regular, que comienza con la entrada en calor para poner en marcha al cuerpo y, paso siguiente, avanzar hacia los primeros pasos y la coreografía. En esa rutina, el cuerpo se ejercita, disminuyen los niveles de colesterol y prevenimos la osteoporosis: los movimientos guiados fortalecen la musculatura y los huesos.

También ayuda trabajar la coordinación. Seguir un ritmo en tiempo hace al control de los movimientos y, para quienes tienen la capacidad de dominarlos, generar belleza estética. El baile es también una expresión artística. Eso sí, cada persona lleva los ritmos como puede. Lo importante es que se sienta cómoda para evitar frustraciones. Bailar requiere de soltar prejuicios, de aceptarse, de disfrutarse a sí mismo. Probablemente ese sea el máximo obstáculo a sortear. Después llega el disfrute.  

Tener una rutina de baile mejora las malas posturas que nos acompañan como hábitos, casi siempre consecuencia del sedentarismo y el abuso de los dispositivos electrónicos. Soltar el cuerpo implica una desconexión total con los compromisos del día a día para entrar en la dimensión de la música y el movimiento.

En relación a la mente, el baile disminuye el estrés, porque aumenta la producción de endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad. Es un ejercicio que impacta de forma positiva en la sensación de aislamiento y en los niveles de energía. Las personas que disfrutan de bailar elevan su autoestima.

Como dice el uruguayo Jorge Drexler: “La música bajo los árboles. Y nos siguió por las llanuras. La música enseña, sueña, duele, cura. Ya hacíamos música muchísimo antes de conocer la agricultura. La idea es eternamente nueva. Cae la noche y nos seguimos juntando a bailar en la cueva”.

Entonces bailemos.







BLOG CADS
Instituto Superior CADS - 2
Belgrano 3856
Mar del Plata · Buenos Aires · Argentina

Horario de atención: 08:00 a 19:00