Moverse en la playa o en un gimnasio. En una plaza o en una sociedad de fomento. Llevar un grupo, hacer que cada uno de los integrantes se sienta pleno con el cuerpo y la música. Disfrutar y hacer disfrutar. Ese es el objetivo de la profesora Diana Almerares al frente de la una clase. En su certificación virtual Instructor de fitness y ritmos latinos, cada módulo está pensado para aprender a enseñar. Bailar es también un arte y requiere de un proceso para llevarlo a un nivel de impacto físico y mental.
Diana enseña a contar la música, los pasos básicos, los tiempos y los detalles para armar una clase atractiva y disfrutable.
Se divide en tres grandes grupos: la entrada en calor, el contenido de valor y la vuelta a la calma. La clase tiene que empezar con movimientos sencillos, dice Diana. Pero siempre con la frecuencia cardíaca en aumento y el ritmo que va a marcar la clase. La parte principal tiene que tener identificado el objetivo de la clase. Diana tiene veinte años de trayectoria como instructora de fitness y ritmos latinos. Dependiendo de un estilo u otro, define su clase y la propuesta en consecuencia. Para finalizar, el estiramiento es parte fundamental de la jornada y clave para continuar el día en plenitud física y mental.
La metodología de cada ritmo es particular y conocer los movimientos del cuerpo nos permite cambiar de estilo. ¿Cúantos ritmos conocés? En el curso, vas a contar con la explicación y el tiempo suficiente para dominarlos todos. La técnica es el pilar de los pasos básicos. Y los pasos básicos son el sostén de una coreografía musical.
La energía de la profesora es un condimento infaltable en cualquier método de enseñanza. Conocer al grupo con el que se trabaja y adecuar cada planificación son habilidades necesarias para brindar la clase que requiere quien la recibe. En el curso vas a vivir una experiencia dual. Mientras aprendés, te movés y jugás. Las interacciones serán tu manera de reafirmar conceptos y ver si te sale lo que propone Diana.
¿Te animás a seguirle el ritmo?