Desde la iniciación deportiva hasta la enseñanza de técnicas específicas. Cada paso del aprendizaje en el voleibol tiene ser divertido. Esa fue la idea que soltó Adrián Ferrín, docente del Profesorado de Educación Física del Instituto Superior CADS: hacer del deporte un espacio lúdico para quienes lo practican. De ahí en adelante, los especialistas que participaron en la charla a través del canal de YouTube de la Comunidad CADS analizaron el rol docente, las capacidades motoras y los juegos alternativos que se pueden desarrollar.
¿Es lo mismo enseñarles a niñas o a niños? Juan Ignacio Macció, profesor y jugador de Once Unidos de Mar del Plata, destacó que el vóley permite, adaptando el nivel, iniciar en el deporte a cualquiera por igual. Según su punto de vista, las mujeres suelen desarrollarse con mayor atención en el aprendizaje, bajo un contexto ordenado. Y los varones suelen avanzar a partir de una estructura “caótica”. En edades tempranas, agregó, es importante captar las posibilidades de todos y todas porque el vóley no excluye. Los que pueden excluir son las y los profesores.
La profesora Rosario García destacó que los hábitos saludables contextualizan a esta disciplina, desde la cultura deportiva. El rol del docente implica simplificar el aprendizaje de las y los alumnos de las técnicas específicas del vóley. El entorno en el cual se desarrolla el profesor o la profesora marca diferentes objetivos institucionales que regulan la tarea docente. Para ordenar el rumbo en cualquier ámbito no hay demasiados secretos: es imprescindible planificar.
Los juegos como parte de una práctica, cuando están bien implementados, configuran un aprendizaje constante. Para Adrián Ferrín, en la adaptación del vóley reducido conviven variantes de movimientos, expresiones creativas, inclusión de participantes, cooperación en el protagonismo y aplicación de técnicas y tácticas. Los objetivos en ejercicios de 1 vs 1 pasan por el dominio del balón y los desplazamientos del cuerpo. En el 2 vs 2 cobran valor las técnicas de pase y la comunicación. Por último, en el aumento de la cantidad de integrantes por equipo, la búsqueda incorpora construcciones colectivas, el saque y el equilibrio ataque-defensa.
El vóley es un deporte muy completo, aseguró Gonzalo Dematteis del Instituto Quilmes. Las nociones del espacio, en cuanto al ancho y la profundidad de la cancha, son factores que exigen atención. También hay que familiarizarse con el objeto: el balón. La temporalidad y la utilización del cuerpo completan la percepción del alumno o la alumna. Gonzalo afirmó que la repetición de movimientos ayuda a tomar la mejor decisión en cada situación del juego. En la ejecución, la armonía, la eficacia, la economía y la precisión forman el combo perfecto del movimiento. “Motivar y desafiar en el vóley formativo es imprescindible para el crecimiento del deportista”, concluyó.
